Acerca de los aloes hay muchos estudios e investigaciones, más de los que hay para la mayoría de los vegetales de uso terapéutico. Es tanto el uso popular de éstas plantas, desde siglos atrás, que parecería que es una planta "curalotodo". A tal grado llega ésta creencia que se hace poco creíble e inverosímil que el aloe realmente cure todo. Obviamente no es así. El áloe no puede curarlo "todo"; cura casi todo. Y si no lo cura lo alivia.
En La Biblia se le menciona como "aloes plantados por Yahvé" (Números, 24:6). Se les trata como plantas del propio Dios. En los relatos bíblicos, se utilizan los aloes, tanto como componentes en aceites para ungir (San Juan, 19:39), como para perfumar quemando partes leñosas (Cantares, 4:14). Hay dudas en cuánto a la denominación que se le daba antiguamente a variedades de plantas diferentes. Lo que se menciona como aloe para inciensos es otra variedad vegetal, denominada en aquél entonces de la misma forma.
Los aloes se utilizan desde épocas remotas como medicina, tanto de uso preventivo como curativo. Son plantas con tantas propiedades benéficas para la salud, que día a día se vuelven más importantes para el ser humano.
También hay gran confusión en el lector debido a la gran cantidad de variedades de aloes que se usan comercialmente en el mundo. Los laboratorios más importantes tratan de imponer las variedades que ellos usan. Variedades que no siempre son las mejores del punto de vista terapéutico. Pero sí, las más convenientes por sus bajos costos de producción. Si no fuera así, la mayoría de los aloes no se podrían incorporar a cremas para manos, shampúes, jabones, detergentes, lociones hidratantes, etc.
El conocido Aloe Vera (Aloe Barbadensis Miller) es el más usado porque es el más barato de producir. Crece en clima cálido y húmedo por lo que tiene un gran desarrollo vegetativo; produce muchos kilos de materia prima por planta y por año. Se le encuentra en Aruba, Venezuela, Paraguay, Cuba, Costa Rica, México, etc. Es la variedad de aloe más usada comercialmente en el mundo.
La variedad que le sigue en importancia en cuanto al uso, es el Aloe Arborescens Miller. Esta variedad tiene más principios activos que la mencionada anteriormente.
Por éso el Aloe Arborescens Miller es el más indicado para uso terapéutico y medicinal. Le sigue el Aloe Saponaria, el Férox, el Socotrina, etc. Hay más de 200 variedades de aloes catalogadas y en estudio.
Todos los aloes son plantas "milagrosas", basta con usarlas en estado natural para darse cuenta de ello. Todas las variedades mencionadas anteriormente tienen propiedades excepcionales. Algunas personas en su afán comercial y tratando de imponer su producto, hablan mal de tal o cual variedad de aloe, desconociendo que todos nos beneficiamos usando el aloe de nuestro jardín desde varias generaciones atrás.
Hay otros aloes, incluso en Uruguay, que se usan solamente con fines ornamentales pués no contienen suficiente "gel" dentro de sus hojas.
Los aloes son de la familia de las liliáceas, igual que el ajo, la cebolla, el puerro, etc. El gel que contiene dentro de sus hojas es la reserva nutricional de la planta. La misma puede seguir creciendo a expensas de sus hojas más antiguas, incluso después de cortada.
Los aloes, cuánto más "viejos" más propiedades acumuladas tienen. Por eso es mejor usar plantas de 4, 5 o más años. Lo que no quiere decir que las plantas jóvenes no tengan excelentes propiedades también.
De la planta de aloe se usan todas sus partes, principalmente el gel interior de la hoja. Se fabrican bebidas, se adiciona a productos cosméticos, medicinales, terapéuticos, etc.
Por eso, nuestro consejo es que use el aloe, que aprenda a conocer esta maravillosa planta y comience a disfrutar de sus beneficios, tanto en estado natural como en preparados comerciales reconocidos. En Uruguay hay muy buenos productos disponibles, el "Gel de Aloe Bebible" "Aloe of Uruguay®" y el "Té de Aloe Cabral" entre otros.
Por Carlos E. Tato Krabs.
Artículo originalmente publicado en la Revista "Los Olímpicos" #20.